Peregrinación a Chalma, junio 2019

por Brenda Lili «Xochiocelotl».

Somos el libro del universo. En donde la existencia misma es la metáfora.

Al santuario de Chalma se peregrina haciendo versos con los pies encaminados en la obscuridad, enfrentando demonios inquietos y caprichosos, tan internos como irreales, tan reales como feroces.

Caminar por la noche, como aquellos moradores de nuestra amada Anáhuac, al encuentro con el señor de las cuevas, a veces sin razones, mientras que otros, las razones las llevan en la espalda, contando pasos y caminos, veredas alimentadas de fe y obstinación de aquellos los devastados.

A Chalma se llega caminando, desesperados por encontrar el secreto, el mensaje de los señores de la noche, para ser merecedores y redimirse ante la divinidad.

Fantasmas y brujas, estrellas resplandecientes, montañas cubiertas de misterio se unen en el andar. Caminar entre cientos, miles de suspiros y lamentos, almas rotas y maltrechas, corazones fuertes y fecundos, que de momento parecen rendirse, pero saben bien, que el alba los aguarda.

Caminar y caminar hacia la tierra prometida, hasta alcanzar el viejo árbol de agua, que inmaculado y amoroso nos recibe a todos: al niño obligado a recorrer antiguas sendas, a la madre abandonada, al trabajador cansado y devoto, a los corruptos y ladrones, a la prostituta y a la virginal, a los jóvenes escandalosos, quienes en el difícil trayecto, buscan encontrar lo divino remojando papeles en solventes para aliviar y olvidar su carga, siendo el aroma continuo de la peregrinación, listos siempre para ser espejos de piedra negra.

«Todos somos hijos de Dios».

Susurraba el viento, susurraban los árboles, susurraban las ánimas.

Y entendiendo la sentencia, llegamos al paraíso.

El ahuehuete robusto y frondoso manaba sus aguas limpias y abundantes como cada segundo desde hace miles y miles de años.

Y nosotros, los maltrechos, los impuros, los mortales, el libro del universo, sumergidos en su vientre líquido, listos para ser paridos y arrojados a la nueva vida. Listos para pregonar que Dios padre y madre existen, y caminan en la espesura de la noche.

Peregrinación a Chalma, junio 2019.

Con el alma aún caminando en las veredas.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s