TONAXOLOTL. Los análisis sesudos del ajolote.

Por: Tlacuilo

Hace 12 años que Ajolotiux nos contaba su historia de sobrevivencia. En su intervención analítica y literaria nos previno de una preocupación que entonces no era tan emergente y no por falta de razones, si no por falta de difusión y comunicación a la sociedad, nos referimos al riesgo inminente de su desaparición. Si bien la preocupación ya estaba, pero solo en circuito muy cerrado de investigadores científicos y activistas ecologistas, no fue si no 2 años después que se comenzó una gran campaña de difusión sobre el riesgo a partir de ahí el ajolote se ha vuelto un emblema e incluso un producto comercial.

Fue en esos 3 números de la revista de rostro y corazón que el ajolotiux, nos contó como fue el danzante aquel lo adoptó de su estero en Xochimilco metido en el tarro de cerveza vacío y rellenado de agua del canal en Xochi. Fue en esos 3 números de la revista de rostro y corazón que el Ajolotiux, nos contó como fue el danzante aquel que lo adoptó de su estero en Xochimilco metido en el tarro de cerveza vacío y rellenado de agua del canal en Xochi. Nos relató como fue su andar en la danza en compañía de aquel muchacho danzante. Después no supimos más de él. El medio en el cual nos informaba dejó de publicarse y no supimos más. Pero… ¿Qué creen? Ajolotiux se ha hecho presente de nuevo nos fue difícil encontrado, pero dimos con él.Los años no han pasado en vano, en un criadero de axolotes en Cuemanco fue dar Ajolotiux y luego pues… mejor leámoslo a él.

Que tal macuarrazos, danzantekas post milenials, mi generación de piedra y de cristal. Resulta que luego que me fui a alojar con el rastas danzante. Ni me quedaba de otra pues era inminente que desapareciera, anduve esos añejos un par de ellos con el en las danzas en un frasquito me llevaba. Que chingones tiempos de pata de rana de acá pa’ llá , Chalma, Amecameca y el Sangremal; la cotorriza y la ceremonia, desvelo y coto. Anís y tamaliza. Conocer ahí también a la prima Xolita, xolita, la xoloescuintla de la Chichimeca. Olores, sabores, mentada y mamtra, rezo y canto. Pero pues eso fue hasta que un día miré que los humanos se estaban poniendo al tiro y pues buscando axolotes para reproducirnos, ¡Imagínense! yo con mis ganas de remojar mi soledad y mi aleta reproductora!. Mi acompañante humano descubrió en las noticias la información de que se estaba haciendo este proyecto de preservación de mi especie y con tristeza pero con gusto me llevo al centro de preservación y reproducción ajoloteario. ¡Que felicidad! Me la pasé a todas emes, con la posibilidad de reproducirme con varias ajolotitas y ellas con los ajolotes que les latiera, toda una comuna hipiie de amor libre entre ajolotes y ajolotas, dándonos amor y placer con tal de que la especie se preservara. Fueron años felices y mucha gueva, si hueva y gueva, ahí nos trataban re chido las biólogas y biólogos. Nacieron muchos ajolotitos, chales hasta de moda se puso ser ajolote. Antes nos mataban gacho los morritos humanos, pues feos como la diarrea que somos y luego resulta que nel, que según ya estamos re chulos… inches humanos quien los entiende.

Bueno antes mucho antes, más atrás, la historia era otra muy diferente. El ruco de mi abuelo el Axochixolotzin, reunía en la celebración anual en el lago de Texcoco a los ajolotes de varios lados, iban de Xaltocan, Mixquic y Xochimilco. Dicen que los lagos aun estaba comunicados era una peregrinación anual en la que participaban familias de diversos barrios lacustres. La celebración anual era para recordar el acontecimiento que según mi abuelo dio movimiento al sol.Si, así como lo leen eso fue cuando termino el cuarto sol eso fue tan endenates (como decía el abuexolotl) que ni los mexicas habían llegado al valle; antes que los toltecas. Un tiempo tan antiguo que forma parte del tiempo mítico. El abuexolotl con otros ancianos se reunían en el centro Tonalxolotl, un estanque en las orillas del lago de Texcoco y contaban que cuando acabó el cuarto sol, estaba oscuro, los dioses reunidos en Teotihuacán pensaban que sería bueno crear al nuevo sol, el quinto sol. Y así fue que convocados los hombres que se sacrificarían para formar el nuevo sol. Acudieron dos dignos humanos, uno de ellos muy noble y agraciado llamado Tezistecatl y el otro humilde y desagraciado con un aspecto de bubosito como nosotros llamado Nanahuatzin. Los dioses encendieron una gran hoguera donde uno de los dos habría de sacrificarse para que con ello formara al nuevo sol. Tezistecatl dijo yo. Dio varios pasos hacia la hoguera pero dudo una, dos, tres veces. Los dioses entonces le dieron la oportunidad al pobre de Nanahuatzin. Este sin pensarlo se arrojó y formó así el nuevo sol que alumbró el cielo. Tezistecatl se sintió apenado y tomó nuevos bríos y se arrojó también. Y así fue que salieron dos soles en el firmamento pero ese no era el deseo de los dioses y entonces para remediar esto, y que solo uno tuviera el brillo merecido, sobre el sol que habría formado Tezistecatl con su sacrificio, lazaron un conejo para opacar su brillo con lo que se formo la luna. Pero resuelto esto, el sol no se movía, brillante y hermoso pero no se movía, no abrina noche y eso sí que era grave. Descubrieron entonces que hacía falta sacrificar el gemelo o acompañante nahual de Nanahuatzin su gemelo… su xólotl y así fue que los dioses lo buscaron entre los magueyales y echaron al fuego el maguey doble Metxolotl y entre los huertos buscaron y encontraron al Guajolote, Huey Xólotl y también lo arrojaron y en el charquito de Tonalxolotl encontraron al Axolotl, abuelo de nuestra especie y lo arrojaron también a la hoguera y así fue que habiendo sacrificado a los Xolotl se comenzó a mover el sol. Solo así el sacrificio de Nanahuatzin fuer real y entero pues se sacrifico también su ego, su monstruo, su gemelo representado en estos Xolotls.Eso contaba el abuelo que nuestro antepasado contribuyó a que el sol se moviera y por ello cada año hacíamos un ritual para recordar ese evento. Hasta que las lagunas se fueron desecando y se perdió la comunicación fluvial entre las lagunas. Dejamos de ser preciados y fuimos poco a poco desalojados de nuestro habitad y perseguidos un tiempo por los dotes curativos que tenemos sobre todo para los males pulmonares. Molidos en una jarabe que vendían en las boticas de la ciudad llamado Ajolotiux ¡Guac! que malas remembranzas.

Pero después fue aún peor, que nos mataran no más por que sí, por nuestro desagradable aspecto. Pues bien ahora venos todos consentidotes y valorados.

Bueno el punto es que si bien me la pase chévere un tiempo… pero la neta que me encanta la vagancia. Un tiempo después me escapé del estanque y me fui a vagar, con la esperanza de que mi acompañante danzante me volviera a atrapar en su jarro de cerveza en Xochimilco. Y no pues si me atraparon pero un chinelo y anduve en el frasco de el Rufino un tiempo de carnaval en carnaval, Caltongo, Santa Cruz y San Gregorio. Luego este olvidó mi frasco en una de estas fiestas donde también había concheros y fui a parar en la casa de otro compadrito que traía de fiesta en fiesta de concheros aniversarios de calpullis y ensayos.

Y bueno ya estoy ruco han pasado muchos años desde que colaboré en esos tres números de esta revista. Tantas cosas que he visto y vivido en estos 13 años. Que algún día les contaré. Por ahora pues que chido que el Tlacuilo ha decidido cerrar el ciclo de estas revistas para yo también cerrar mi participación por acá. Por que pues yo me voy a pasar mis últimos días a un asilo de ajolotes nel… Que dijeron ya claudicó, nelson Mandela, me voy a seguir hasta que el cuerpo aguante en los guateques donde me lleve mi nuevo acompañante humano: danzas, velaciones, subidas de cerro, temazcales y demás. Aparte por acá los danzantes ya me están nombrando abuelo de conocimiento.

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