LA MISION DEL ESPINAL

ESTRACTOS

La virgen desaparecida

Llegas primero a San Miguel, después a San Francisco de los Gallos, allí cualquiera te dice como, adientrándose ya en la sierra. Allí merito se apareció la virgen en una cueva, “la cueva del Ocotal”. Se sabe que en esa cueva los chichimecas antiguos  veneraban a la Madre Tierra. La virgen aparecida también se llamaba así: “del Ocotal”, y digo se llamaba, por que hace ya muncho que desapareció; y es que naiden sabe onde jue a parar, naiden sabe onde se encuentra pues.

            Jue hace muncho tiempo, los abuelos ya casi no lo recuerdan. Dicen quesque camino pa’ la sierra saliendo de San Francisco, se apareció la mesmísima Madre del Señor en un pedazo de piedra, apenas dentrito de la cueva del Ocotal. Escogió ese sencillo lugar para plasmar su imagencita preciada. Dicen quesque venían de la Misión del Espinal un tal Graciano junto de su hijo, venían delaltiro quebrados del alma cuando antonces, queriendo beber la agua del pequeño arroyo que baja por la cañada, que el líquido se les desapareció, y fatigados y delirando se metieron a la cueva pa’ cubrirse del retearto calor. Y de la roca mesma salió agua y jue que al saciar su sed, la miraron resplandeciendo sobre de una llamaradota  y les dijo con su vocecita de cielo, que la agua de la hija de los cerros les curaría su pena. Arrodillados y con el retiarto llanto recibieron el milagro, y ella con su fuego se gravó en la roca. Eso cuentan los viejos, pos que la imagen después se la llevaron los de la iglesia de San Miguel; los indios de todos los pueblos no querían, ¿cómo que se llevaban a quen se acordó de ellos?, que por el par de años que estuvo ahí venerada y cuidada por ellos les mandó  rearta lluvia y güenas cosechas. Pero el gobernador y el párroco de San Miguel se la llevaron, tuvieron que aporrear a los indios para poder hacerlo, pos que día y noche resguardaban la cueva. Dicen que eso pasó antes de que el cura Hidalgo pegara su grito pa’ quel pueblo alborotado sacara a los gachupines  de México. Se vinieron años de pena y de sequía. Antonces cuando el cura se alzó en  las armas los indios mandaron a Guanajuato hartos combatientes, pero al llegar a San Miguel  y tomar el pueblo los insurgentes (que por estos lugares eran comandados por un indio del Ocotal llamado Irineo)  no la jallaron, el que era padrecito dijo que se había desaparecido y el encomendero dijo lo mesmo, y antonces el Irineo los mandó jusilar. Pero jamás apareció la virgen. 

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